domingo, 21 de julio de 2013

Saludo por escrito

Hola H, sabiendo que estás ahí me atrevo a empezar. Este es un medio, una mesa en el medio del cuarto, con libros y escritos que se apilan. Ya veremos qué hacer con ellos. La propuesta, por ahora, es preparar el momento. Hablar sobre el oficio. Entretenernos con las propias experiencias, aprender de seguros errores y probables aciertos. Recordar nombres de autores y transmitirnos lo que aportaron al goce de ese rato silencioso, a nuestra visión del mundo, al hacer cotidiano. La escritura sirve para eso, entre tantas otras cosas. En una página puedo ser amo y señor (me lo dijo un dibujante de 10 años). También puedo nutrir con ella el cesto de los papeles, después de arrugarla y lanzarla con tiro certero. Doble. Acertaste esta vez, le digo al escribiente, que vengo a ser yo. Y luego lo estimulo y me asocio a su empresa solitaria. Vamos bien. Tira o tacha. Pero recuerda que esto es cimiento, raíz enterrada, semilla que alimenta el huerto. Vacía ya la mesa de libros, coloca otra página y adelante. Volveremos a vernos. Gracias por tu presencia y tu estímulo, que nos ayuda a avanzar.


Interludio 1

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Interludio 2

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Interludio 3

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Opiniones de escritores

Credo de poeta
Jorge Luis Borges

Me considero esencialmente un lector. Como saben ustedes, me he atrevido a escribir;  pero creo que lo que he leído es mucho más importante que lo que he escrito. Pues uno lee lo que quiere, pero no escribe lo que quisiera, sino lo que puede. Los versos que recuerdo son los que en este momento les vienen a ustedes a la memoria:
Tú no has nacido para la muerte ¡inmortal pájaro!
No han de pisotearte otras gentes hambrientas;
la voz que oigo esta noche fugaz es la que oyeron
en los días antiguos el labriego y el rey;
quizá este mismo canto se abrió camino al triste
corazón de Ruth, cuando, con nostalgia de hogar,
llorando se detuvo en el trigal ajeno.
(Keats, Oda a un ruiseñor.)
Yo creía saberlo todo sobre las palabras, sobre el lenguaje (cuando uno es niño, tiene la sensación de que sabe muchas cosas), pero aquellas palabras fueron para mí una especie de revelación. Evidentemente, no las entendía. ¿Cómo podía entender aquellos versos que consideraban a los pájaros –a los animales- como algo eterno, atemporal, porque vivían en el presente?  Somos mortales porque vivimos en el pasado y el futuro: porque recordamos un tiempo en el que no existíamos y prevemos un tiempo en el que estaremos muertos. Esos versos me llegaban gracias a su música. Yo había considerado el lenguaje como una manera de decir cosas, de quejarse, o de decir que uno estaba alegre, o triste. Pero cuando oí aquellos versos (y, en cierto sentido, llevo oyéndolos desde entonces) supe que el lenguaje también podía ser una música y una pasión. Y así me fue revelada la poesía.
Le doy vueltas a una idea: la idea de que, a pesar de que la vida de un hombre se componga de miles y miles de momentos y días, esos muchos instantes y esos muchos días pueden ser reducidos a uno: el momento en que un hombre averigua quién es, cuando se ve cara a cara consigo mismo... Y quizá desde aquel momento (debo exagerar por el bien de la conferencia) me consideré un “literato”.
Es decir, me han sucedido muchas cosas, como a todos los hombres: he encontrado placer en muchas cosas: nadar, escribir, contemplar un amanecer o un atardecer, estar enamorado. Pero el hecho central de mi vida ha sido la existencia de las palabras y la posibilidad de entretejer y transformar esas palabras en poesía. Al principio ciertamente, yo sólo era un lector...
Creo que he alcanzado, si no cierta sabiduría, quizá cierto sentido común. Me considero un escritor  ¿Qué significa para mí ser escritor? Significa simplemente ser fiel a mi imaginación. Cuando escribo algo no me lo planteo como objetivamente verdadero (lo puramente objetivo es una trama de circunstancias y accidentes), sino como verdadero porque es fiel a algo más profundo. Cuando escribo un relato, lo escribo porque creo en él: no como uno cree en algo meramente histórico, sino más bien, como uno cree en un sueño o en una idea...
Cuando escribo intento ser leal a los sueños y no a las circunstancias. Evidentemente, en mis relatos (la gente me dice que debo hablar de ellos) hay circunstancias verdaderas, pero, por alguna razón, he creído que esas circunstancias deben siempre contarse con cierta dosis de mentira. No hay placer en contar una historia como sucedió realmente. Tenemos que cambiar alguna cosa, aunque nos parezca insignificante; si no es así, no nos consideramos artistas sino, quizás meros periodistas o historiadores...
Si tuviera que aconsejar a algún escritor (y no creo que nadie lo necesite, pues cada uno debe aprender por sí mismo), yo le diría simplemente lo siguiente; lo invitaría a manosear lo menos posible su propia obra. No creo que retocar y retocar haga ningún bien. Llega un momento en que uno descubre sus posibilidades: su voz natural, su ritmo. No creo que ninguna corrección superficial resulte útil, entonces.
Cuando escribo, no pienso en el lector (porque el lector es un personaje imaginario) ni pienso en mí (quizá porque yo también soy un personaje imaginario), sino que pienso en lo que quiero transmitir y hago cuanto puedo para no malograrlo.
Cuando yo era joven creía en la expresión. Había leído a Croce, y la lectura de Croce no me hizo ningún bien. Yo quería expresarlo todo. Pensaba, por ejemplo, que, si necesitaba un atardecer, podía encontrar la palabra exacta para un atardecer, o mejor, la metáfora más sorprendente. Ahora he llegado a la conclusión (y esta conclusión puede parecer triste) de que yo no creo en la expresión. Sólo creo en la alusión.
Después de todo, ¿qué son las palabras? Las palabras son símbolos para recuerdos compartidos... Cuando escribo algo, procuro no comprenderlo. No creo que la inteligencia tenga demasiada relación con el trabajo del escritor...

(Jorge Luis Borges: “Credo de poeta” en Arte poética. Seis conferencias. Crítica, Barcelona, 2001.)


A la hora de los concursos... Al preparar un curriculum vitae

Wislawa Szymborska  
Premio Nobel de 1996

¿Qué se necesita?
Llenar la solicitud
y añadir un curriculum vitae.
Corta o larga la vida,
su compendio debe ser breve.
Concisión y selectividad resultan obligatorias.
Sustitución de paisajes por direcciones,
de trémulos recuerdos por fechas firmes.
De todos los amores sólo los conyugales
y de todos los hijos nada más los que realmente nacieron.
Quién te conoce es más importante que a quién conoces.
Menciona viajes sólo si a otros países.
Membresía en qué pero sin para qué.
Premios y distinciones pero sin los porqués.
Escribe como si nunca hubieras hablado contigo mismo
y siempre te esquivaras a ti mismo.
No digas nada acerca de tus perros, gatos y pájaros,
recuerdos invaluables, amigos, sueños.
El precio antes que el valor, el título más que el contenido.
El número que calza antes que adónde va
la persona que ellos suponen eres.
Añade una foto de credencial con una oreja expuesta.
Lo que importa es su forma, no lo que escucha.
¿Y qué escucha?
Estruendo de aparatos que reducen
todo el papel a pulpa.
(traducción de José E. Pacheco D.R. Revista Proceso, Méjico)

Los valores de la literatura

Susan Sontag

En un sentido, el empírico o fáctico, la literatura es meramente la suma de todo lo escrito y tenido por literatura. En otro sentido, el ideal, la literatura es la suma de todo lo que mejora, enaltece y hace más necesaria la actividad literaria. En esta segunda y más valiosa acepción, la literatura honra ­y representa­ metas ideales en sentido estricto. Es decir, nunca alcanzadas del todo. Sin embargo, son aún más irresistibles y ejercen mayor autoridad como ideales precisamente porque resulta muy difícil mantenerlos. Imaginemos la literatura como una utopía... un lugar en el que imperan los modelos más encumbrados, casi inaccesibles. Se pueden deducir unas cuantas normas de una interpretación determinada de la literatura.
Esta es mi utopía. Es decir, aquí están los modelos que infiero o me parece que sustenta la empresa de la literatura.
UNO Las actividades literarias son una vocación ideal, una prerrogativa, más que una simple carrera, una profesión, que se sujeta a las nociones comunes de “éxito” y al estímulo financiero. La literatura es, en primer lugar, una de las maneras fundamentales de nutrir la conciencia. Desempeña una función esencial en la creación de la vida interior, y en la ampliación y ahondamiento de nuestras simpatías y nuestras sensibilidades hacia otros seres humanos y el lenguaje.
DOS La literatura es una arena de logros individuales, de méritos individuales. Esto implica que no se confieren premios y honores al escritor porque representa, digamos, a las comunidades débiles o marginadas.
TRES La literatura es primordialmente una empresa cosmopolita. Los grandes  escritores son parte de la literatura mundial. Los escritores son ciudadanos de una comunidad mundial, en la que todos aprendemos y nos leemos los unos a los otros. El poder característico de la literatura es que nos deja una impresión de extrañeza. De asombro. De desorientación. De que nos encontramos en otro lugar.
CUATRO Las diversas pautas de excelencia literaria, en el seno de las literaturas en todos los idiomas y en la gama entera de la literatura mundial, son una lección cardinal sobre la realidad y la conveniencia de un mundo que aún es irreductiblemente plural, diverso y variado. El mundo pluralista actual depende del predominio de los valores seculares.
Así es que, para enunciar de otra manera lo que acabo de decir:
Uno. Desprecio a los valores mercenarios. Dos. Aversión a hacer uso principalmente instrumental de los escritores. Tres. Cautela ante el filisteísmo cultural que se encubre con la aplicación de los valores democráticos en materia literaria. Desconfianza permanente de las afirmaciones nacionalistas y las lealtades tribales. Cuatro. Eterno antagonismo contra las fuerzas represivas y la censura. Estos son, en efecto, valores utópicos. No se han cumplido. Pero la literatura, la literatura en su conjunto, aún los encarna. Aún estimula a los escritores. Aún nutre a los lectores, a los verdaderos lectores.
(Extractado del discurso de la intelectual norteamericana al recibir el premio Príncipe de Asturias.)


Ocho reglas para escribir ficción
Kurt Vonnegut

1. Utilizar el tiempo ajeno de modo tal que el otro no sienta que lo ha malgastado.
2. Dar a lector al menos un personaje con quien pueda identificarse.
3. Cada personaje debe desear algo, aunque sea sólo un vaso de agua.
4. Cada frase debe, al menos, revelar algo sobre un personaje o hacer que la acción avance.
5. Comenzar tan cerca del final como sea posible.
6. Ser sádico. Más allá de qué tan dulces e inocentes sean tus personajes principales, haz que les sucedan cosas terribles, para que el lector pueda saber de qué son capaces.
7. Escribir para satisfacer a una persona. Si pretendes cautivar a todos, tu historia resultará fallida.
8. Dar a tus lectores tanta información como sea posible, lo más pronto posible. Para que el suspenso no decaiga, los lectores deben saber qué está sucediendo, dónde y por qué, para poder terminar la historia por sí mismos, pues las cucarachas podrían comerse las últimas páginas.

Kurt Vonnegut nació en Indianápolis, Estados Unidos, el 11 de noviembre de 1922 y murió tras una caída, a los 84 años. De fuerte sensibilidad humanística, fue muchas veces comparado con Mark Twain por la forma en que el humor teñía su mirada pesimista. Como en el caso de Twain, algunas de sus obras fueron censuradas. Entre ellas, Matadero 5 (1969), donde refleja sus experiencias de guerra como prisionero de los alemanes en Dresde durante la Segunda Guerra Mundial, mientras la ciudad era destruida por los bombardeos aliados. Esta novela, en la que mezclaba la realidad y la ciencia-ficción para mostrar una visión crítica, no exenta de humor, de la sociedad y en particular de la crueldad bélica, le dio notoriedad y se convirtió en uno de los libros más simbólicos del pacifismo.
Tras la guerra, el escritor se desempeñó como periodista en Chicago, hasta que publicó la primera de sus 14 novelas, Player piano, en la que describe con humor e ironía una sociedad dominada por las máquinas y las diferencias de clase. En su último libro, Un hombre sin patria (2005), una colección de ensayos que fue best seller, Vonnegut atacó todo lo que consideraba criticable: la Casa Blanca, la guerra de Irak y la contaminación del planeta. Había nacido en Indiana, en 1922. Su constante crítica social, con tendencia a la sátira y al humor negro y el empleo de técnicas vanguardistas y elementos fantásticos fueron las claves en las que cimentó su prestigio como autor. Vonnegut, que se definía a sí mismo como un escéptico religioso y un librepensador humanista, había nacido en 1922 en Indianápolis, ciudad que había declarado 2007 como el año del escritor.
Fuente: Vonnegut, Kurt Bagombo Snuff Box: Uncollected Short Fiction - New York: G.P. Putnam's Sons, 1999

Qué es escribir
Stephen King

En general nunca salgo sin un libro. Nunca se sabe cuándo apetecerá tener una válvula de escape: colas kilométricas en los peajes, las salas de embarque de los aeropuertos, las lavanderías automáticas en tardes de lluvia, o lo peor de todo: la consulta del médico cuando se retrasa y tienes que esperar media hora para que te torturen una parte sensible del cuerpo.
O sea, que leo siempre que puedo, pero tengo un lugar de lectura favorito, y seguro que tú también: un sitio con buena luz y mejor ambiente. El mío es el sillón azul de mi estudio. Tú quizá prefieras el sofá, la mecedora de la cocina o la cama: leer en la cama puede ser paradisíaco, a condición de tener la página bien iluminada y no ser propenso a tirar el café o el coñac en las sábanas.
Supongamos, por lo tanto, que estás en tu lugar de recepción; favorito, igual que yo en el mío de transmisión. Nuestro ejercicio de comunicación mental tendrá que realizarse en el tiempo, además de en la distancia; pero bueno, no pasa nada: si todavía podemos leer a Dickens, Shakespeare y (con la mediación de algunas notas) Heródoto, la distancia entre 1997 y 2000 no parece insalvable. ¿Listo? Pues adelante con la telepatía.
Te habrás fijado en que no tengo nada en las mangas, y en que no muevo los labios. Es muy probable que tú tampoco. Fíjate en esta mesa tapada con una tela roja. Encima hay una jaula del tamaño de una pecera. Contiene un conejo blanco con la nariz rosa y los bordes de los ojos del mismo color. El conejo tiene un trozo de zanahoria en las patas delanteras y mastica con fruición. Lleva dibujado en el lomo un ocho perfectamente legible en tinta azul. ¿Estamos viendo lo mismo? Para estar seguros del todo tendríamos que reunimos y comparar nuestros apuntes, pero yo creo que sí. Claro que es inevitable que haya ciertas variaciones: algunos receptores verán una tela granate, y otros más viva. (Los receptores daltónicos la verán gris ceniza.) Puede que algunos vean adornos en el borde de la tela. Las almas decorativas habrán añadido un poco de encaje, y son muy libres de hacerlo.
Mi mantel es vuestro. Ni siquiera coincidimos en el año, y no digamos en la habitación. Y sin embargo estamos juntos. Muy cerca. Se han tocado nuestras mentes. Yo te he enviado una mesa con una tela roja, una jaula, un conejo y el número ocho en tinta azul. Tú lo has recibido todo, y en primer lugar el ocho azul. Hemos protagonizado un acto de telepatía. Telepatía de verdad, ¿eh? Sin jugarretas místicas. No pienso ahondar en lo expuesto, pero antes de seguir deseo hacer una puntualización: no es que me haga el listo, es que hay algo que exponer.
El acto de escribir puede abordarse con nerviosismo, entusiasmo, esperanza y hasta desesperación (cuando intuyes que no podrás poner por escrito todo lo que tienes en la cabeza y el corazón). Se puede encarar la página en blanco apretando los puños y entornando los ojos, con ganas de repartir ostias y poner nombres y apellidos, o porque quieres que se case contigo una chica, o por ganas de cambiar el mundo. Todo es lícito mientras no se tome a la ligera. Repito: no hay que abordar la página en blanco a la ligera.


El momento de escribir

...

Plan ocho sesiones

Plan del curso

Fecha
Tema general
Conversación
Tema práctico
Escritura
1
3 miércoles
Introducción.
Conocimiento mutuo y plan del curso
Mapa de géneros
Hoja de reconocimien-to de uno mismo
2
8 lunes
Momento de escribir
Condiciones de lugar, tiempo y disposición
Revisión del texto.
Descripción
3
11 jueves

La vida íntima
Carta. Diario. Autobiografía.

Carta
4
15 lunes

Narración breve
Relato. Cuento.
Cuaderno de notas.
Relato. Cuento. Micro-relato (A elección).
5
18 jueves

Narración compleja
Novela
Tipos de novela: Rural, Urbana, Histórica
Plan de novela
6
22 lunes
Otros tipos de escritura
Ensayo. Nota de opinión. Crónica.  
Fuentes. Prensa Internet y el blog.
Texto de prensa
Ensayo
7
29 lunes
La recepción del lector
La crítica literaria
Edición
Reseña
8
1 jueves


Presentación de producción
Evaluación del curso


1. Introducción

Tema:
Plan del curso. Conversaciones sobre la escritura, con énfasis en la narrativa.
Quiénes somos y desde donde hablamos y escribimos.
La serie lectura – escritura – revisión – lectura
Hacia un mapa de géneros en movimiento.

Canciones

Textos que recordamos
Alvarado, Maite y Pampillo, Gloria: Un aula donde se lea y se escriba.

Lectura

Ejercicio
Hoja de reconocimiento de uno mismo.


2. El momento de escribir

Tema:

Motivación / Disposición
Tiempo / lugar
Fuentes / referencias
Corrección / reescritura

Textos que recordamos

Guitton, Jean: El trabajo intelectual. Criterio, Buenos Aires, 1955.
Kreimer, Juan Carlos: Cómo lo escribo. Sudamericana.
King, Stephen: Mientras escribo.
Zurita, Carlos: “El bloqueo de la página en blanco”.
Vapñarsky, César: “La reescritura”

Lectura

Ejercicio

Descripción. Retrato.


3. Cartas, diarios y cuadernos de notas

Tema:
El género epistolar, el diario y el cuaderno de notas. La vida íntima.
La carta y sus tipos (personal, comunitaria (Pablo a los corintios), abierta (Canal Feijóo S.O.S, 1937), argumental (Weil), literaria (Sáenz).
El diario y sus tipos. Annales. Personal.  De viaje, Cuaderno de bitácora (Colón). Parte diario (estancia).

Textos que recordamos
Canciones
·         Una carta, mi amor, sólo una carta, una carta donde digas que me extrañas, que me quieres, y que sigues siendo mía…
·         He recibido una cartita tuya, donde me dices que ya no me quieres. Yo me pregunto cómo puedo ahora seguir viviendo si ya no me amas…
·         Dejó una carta escrita… (El penado 14)
·         Quemá esas cartas donde el tiempo dijo…(Desde el alma, vals)

Cortázar, Julio: “Cartas a mamá” en ….
Dostoievsky, Fedor: Miguel Strogoff. El correo secreto del zar.
Pablo: “Carta a los corintios”. Nuevo Testamento
…: Cartas a una profesora. 1977.
Poe, Edgar Allan La carta robada (1873?)
Sáenz, Dalmiro Carta abierta a mi futura ex-mujer.
Cartas al próximo gobernador (Antología, Barco Edita, 2004)
Gibrán Khalil: Cartas de amor.
González, Foster y otros: “Carta Abierta”.
Weil, Simone: Carta a un religioso.
Kafka, Franz: Cartas a Mílena.
Goethe J. W.: Penas del joven Werther
Poniatowska, Elena: “Querido Diego, te abraza Quiela”

Diarios
Bioy Casares, Adolfo: Diario.
Nin, Anaïs: Diario
Frank, Ana: Diario.
Pavese, Cesare: Trabajar cansa.

Cuadernos
Maugham, Somerset: Carnet de un escritor.

Referencias

Cartas a los Reyes Magos
Cartas con los amigos
Cartas de la familia
Cartas de soldados
Cartas a mujeres

Ejercicio

Escribir una carta entre varios. Luego de elegir el/la destinatario/a, que será mantenido en reserva, el documento tomará forma mediante la frase, verso o versículo de 1 a 18 palabras que utilizará cada uno, por turno, sobre una hoja que se va plegando, a la manera del cadáver exquisito, de modo que nadie pueda ver lo escrito antes.



4.  Relato / Cuento

Tema:
Fronteras entre el relato y el cuento. De la relación del ‘acontecimiento’ o ‘sucedido’ a la narración construida.

Textos que recordamos

Poe, Edgar Alan: “La caída de la casa Usher”.
Maupassant, Guy: “Bola de sebo”.
Quiroga: “La gallina degollada”.
Dávalos, Juan Carlos: “El viento blanco”.
Quenel, Clementina Rosa: “La creciente”; “La sequía”, en La luna negra.
Becquer, Gustavo Adolfo: Leyendas.
Borges, Jorge Luis: “El aleph”, en Ficciones.
- Historia universal de la infamia. Buenos Aires, Emecé. 1974
Cartier de Haman, Marta: Amadito.
Fernández Loza, Carlos M. (1987) Para el fuego, Santiago del Estero.
Schwob, Marcel (1980) Vidas imaginarias. Buenos Aires, CEAL.
Cartier de Haman, Marta: Amadito.
Fernández Loza, Carlos M.: Para el fuego
Schwob, Marcel: Vidas imaginarias

Lectura
Ábalos, Jorge W.: “La tapera”, La viuda Negra.

Ejercicio

Escribir un relato o cuento (100 – 500 palabras).




5.  Novela


Tema:
La novela como género y práctica.
Leyendo a Manuel Galvez: El novelista y las novelas, Buenos Aires, 1967.
Leyendo a Jaime Rest: La novela tradicional.

Textos que recordamos

Menéndez y Pelayo, Marcelino: Historia de la novela.
Rest, Jaime: La novela tradicional. CEAL, Buenos Aires, 1967.

Colombres, Adolfo: Viejo camino del maíz.
Alba, Alberto: La casa de la poesía.
Arias, Abelardo: Polvo y espanto.

Lectura

(¿) Fragmento.

Ejercicio

Plan de una novela:
Título
Síntesis (140 caracteres)
Argumento (100 palabras
Índice partes o capítulos
Extensión aproximada
Fragmento (200 a 300 palabras).



6.  Otros tipos de escritura

Tema:
Aforismos
Opinión y crítica en la prensa.
Internet y el blog.

Textos que recordamos

Juárroz, Roberto: Poesía vertical.
Porchia, Antonio: Voces.
Gelman, Juan: “Nueva prosa de prensa”, Página 12
Reyward. L: “No urgente”, Página 12
Peicovich, Esteban: “Jóvenes desangelados”
Schkolnik, Samuel: “La bicicleta”.

Lectura

Ejercicio



7.   Edición

Tema
Cómo se hace un libro.
·         Autor
·         Editorial
·         Imprenta
·         Librería
·         Distribuidor



8. Presentación de la producción
Tema:
El papel del lector
El papel  de la crítica

Ejercicio
Cuestionario de Evaluación

Acto de cierre


Hoja de reconocimiento de Uno Mismo

Hoja de reconocimiento de Uno Mismo



Autoevaluación. Muestra que eres capaz de mirarte y apreciarte a ti mismo/a, reconociendo tus fortalezas y debilidades.



Formación, experiencia.
¿Qué he escrito? (tipo de textos, o géneros).




¿Qué cosas sé hacer bien?
(Habilidades, condiciones innatas o adquiridas, fortalezas, dones... aunque no estén directamente relacionados con la escritura)


Problemas, necesidades, aspiraciones.
¿Qué cuestiones técnicas me presentan dificultades? ¿En qué me gustaría ejercitarme?



¿Cómo organizo mi tiempo?
¿Cuáles son mis condiciones de trabajo? ¿Qué tengo que modificar?




Sobre la carta

La carta y el sobre, sea éste el punto de partida.
Curso taller de lectura y escritura

Julio 2013

Lugar: Casa Argañaraz Alcorta
Días: Lunes y Jueves de 19 a 21 h
Duración: 30 horas, 15 en aula y 15 de ejercicios.
Participantes: 10 a 25
Equipo docente: Alberto Tasso y Marta Graciela Terrera

Propósito

Difundir la práctica de la lectura y la escritura, estimulando talentos y aproximando al campo de producción al público interesado. El interés creciente por el libro y la lectura estimula también la vocación por la escritura. El curso responde a esta necesidad.

Objetivos

·         Informar sobre la práctica social de la escritura como proceso complejo de producción de textos y las transformaciones históricas de sus distintos formatos.
·         Motivar la lectura.
·         Comunicar confianza y destreza en el manejo instrumental de la escritura
·         Estimular la exposición de la producción personal ante un grupo.

Descripción

Es un aula taller donde se lee y se escribe, en un curso breve, y no un “taller literario” que demandaría más tiempo. Se analizan distintos tipos de escritura: carta, diario personal, texto periodístico, relato, cuento y novela. El centro de interés está en la narrativa, de modo que no se incluye poesía, teatro ni guión para cine. Trabajaremos el proceso de escritura, formas, medios y momentos.
Al inicio del curso se entregará a los participantes la carpeta 1 (siembra) conteniendo programa, bibliografía, plan del curso, y textos breves seleccionados de acuerdo con el tema de cada sesión (40 páginas A 4).
En cada sesión se desarrolla el tema previsto mediante exposición oral, gráfico o power point (momento 1), se dialoga con los participantes para trabajar con su experiencia y perspectiva (momento 2), luego se leen textos motivadores seleccionados en función del tema (momento 3) se realiza una convocatoria editorial para presentar un texto la siguiente clase (momento 4), y por último los participantes leen su producción (momento 5). Entretanto, ha habido un momento 4,5 que transcurre en el domicilio del participante, la plaza o el cyber oportuno donde escriben, corrigen, imprimen el texto que desean entregar.
Los textos motivadores provienen de escritores de todo origen, procurándose un equilibrio entre santiagueños, argentinos y extranjeros. Se expondrán libros, renovándose el escaparate según el tema de la clase. La cartelera expondrá artículos periodísticos y referencias bibliográficas y de sitios seleccionados en Internet. Las imágenes y retratos de escritores aproximarán la pintura, la fotografía y el esquema a los procedimientos de escritura.
Al final del curso se entregará a los participantes la carpeta 2 (cosecha) conteniendo los textos seleccionados para la convocatoria editorial, por secciones temáticas y de género. (40 páginas A 4).
En el aula habrá dos cajas de igual nombre, en la caja 1 se depositarán textos de los participantes. En la caja 2 serán devueltos con comentarios la sesión siguiente.


Diseño aula: Escenario: Lámpara de pie, mesa, silla. Escaparate de librería. Cartelera. Cajas para textos. Retratos de escritores. 25 sillas. Cañón. Música.